MANIFIESTO DE LA RED DE SOLIDARIDAD POPULAR, EL DIA MUNDIAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA, DE 2017.

Red: 



Hoy, Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, la Red de Solidaridad Popular quiere llamar la atención sobre el incremento de la pobreza en todo el mundo y en especial en Nuestra Tierra, así como la extensión de la pobreza, en distintas formas, que van más allá de la falta de recursos económicos y llegan a las dificultades para resolver necesidades sociales, como la seguridad, la vivienda, la salud, la educación, los suministros vitales, la movilidad, etc.

Hoy 17 de octubre de 2017, el manifiesto que la RSP leyó hace un año, en este mismo lugar, tiene absoluto vigor, porque las causas de la pobreza siguen siendo las mismas, los responsables de perpetuarla y extenderla siguen siendo los mismos, las políticas económicas son idénticas y las políticas sociales existentes no son garantía de los derechos de las personas, ni para su dignidad. La falta de voluntad política de nuestros gobernantes hace muy difícil la solución de la pobreza y de la exclusión social; porque no quieren incrementar los presupuestos para combatir la pobreza, no quieren recuperar los ingresos que garanticen los servicios elementales que necesita la población, para no afectar el engorde de las grandes fortunas.

La RSP afirma que las decisiones políticas de nuestros gobernantes son ideológicas y no atienden las propuestas técnicas para solucionar la pobreza. Que nuestros gobernantes llevan décadas aprobando y ejecutando políticas que garantizan la acumulación de la riqueza en pocas manos, a la vez que se extiende la pobreza. No podemos afirmar que quienes nos gobiernan son incompetentes, porque las leyes que aprueban son eficientes para la oligarquía, la nobleza, la realeza, las transnacionales, los bancos, las eléctricas, … y para sus amiguetes; en cuyas manos se acumula de forma inmoral el crecimiento económico. El REF de Canarias, la SEC, las SICAP, la baja fiscalidad y los regalos fiscales para las grandes empresas; la legalidad de los bajos salarios, de la precariedad en el trabajo, de los contratos basuras, de las jornadas maratonianas; la depreciación de las pensiones; los recortes en servicios sociales, etc. son políticas intencionadas que traen como consecuencia, el empobrecimiento de la inmensa mayoría.

Por lo tanto, la RSP afirma que nuestros gobernantes son culpables de la extensión y cronificación de la pobreza y que no está en su ideario la redistribución de la riqueza, ni la solución a la pobreza estructural que sufrimos. En Canarias nos gobierna desde hace más de 20 años Coalición Canaria (CC) y en el Estado el PP. Ellos son responsables conscientes del incremento de la pobreza y las desigualdades, de la desprotección social y del fomento de la caridad humillante entre los empobrecidos. Sus respuestas no nos valen porque no son honestas y no traen soluciones para la pobreza.

Las organizaciones sociales, sindicales, ONGs, y personas sensibles, no podemos ser cómplices por omisión, de estas injusticias; no debemos andarnos con paños calientes. Tenemos que señalar a los responsables de las políticas que, intencionadamente, atentan contra los derechos más elementales y fomentan las desigualdades.

La Red de Solidaridad Popular hace un llamamiento a las ONGs, las organizaciones sociales y a quienes trabajen con personas empobrecidas, para que se alejen de prácticas caritativas y asistencialistas. Que no sustituyan las funciones de la Administración Pública. La caridad y el asistencialismo perpetúan la pobreza y las desigualdades y generan exclusión social. Para acabar con la pobreza es necesario organizar y dar conciencia a los afectados, del origen de su pobreza y de las desigualdades. Es necesario que fomentemos los derechos que asisten a las personas y señalemos a quienes deben garantizarlos. La solución pasa por adquirir una obligación personal y colectiva, solidaria; por acercarnos al problema y adoptar un compromiso activo para organizar y movilizar a los afectados, en la defensa de sus derechos, en la defensa de los derechos humanos.

La RSP denuncia que en las instituciones y en la sociedad se está instalando la exclusión social, la discriminación, el maltrato y el rechazo, por ser pobres. Como consecuencia se incrementa el

fenómeno de la pobreza encubierta, las víctimas ocultan y tapan la exclusión y la pobreza que padecen, no solo por la carencia de recursos económicos y de acceso a los servicios públicos, sino porque son señaladas, son culpabilizadas, se crean prejuicios y estereotipos que hacen más difícil detectar y afrontar los problemas que padecen.

Hoy, tener un trabajo, una pensión o una ayuda social no es garantía de tener las necesidades básicas cubiertas, ni de no caer en la exclusión social. La pobreza se extiende tomando nuevas formas como los pensionistas empobrecidos, los asalariados pobres con sueldos de miseria, los trabajadores precariados, etc. que también acogemos en las RSP.

La RSP es sensible a las situaciones de pobreza en todo el mundo y también denuncia que, los incumplimientos de los acuerdos para la acogida a los refugiados y para acabar con la pobreza extrema en todo el mundo, tienen en común con nuestra pobreza, la falta de voluntad política y a unos gobernantes insensibles con estos problemas, porque su ideología y sus intereses están por encima de la solidaridad.

Por todo ello, RECLAMAMOS:

Instituciones más cercanas a la realidad de los empobrecidos. Que no deriven a los más necesitados al asistencialismo y a la caridad. Que se incrementen los servicios sociales para una atención social integral y más humana, en manos de profesionales públicos. Que los trabajadores sociales intervengan ayudando a los excluidos a ser protagonistas y beneficiarios de los derechos que tienen.

Políticas integrales que potencien la equidad y eviten la exclusión social y la feminización de la pobreza.

Que se acaben las políticas que priman el beneficio económico por encima de las necesidades de las personas y se aprueben políticas coherentes con los derechos constitucionales y los tratados internacionales en materia de derechos humanos y medioambientales.

Que los responsables políticos, que se precien, se opongan a las leyes que estén contra los derechos humanos y el desarrollo de las personas; que contribuyan al empoderamiento de la sociedad empobrecida y precarizada; que tengan en cuenta a sus organizaciones sociales y sindicales, para buscar una salida digna y basada en el respeto a los derechos humanos como garantía de equidad y dignidad.

Un modelo económico y fiscal racional, justo y sostenible, que prime las necesidades del ser humano por encima de la avaricia.

Leyes que protejan y garanticen los derechos de las personas, el trabajo digno, pensiones dignas, una fiscalidad progresiva y suficiente para mantener los servicios necesarios. Queremos que se persigan la corrupción, la evasión y el fraude fiscal, porque quienes lo practican promueven lo más ruin del ser humano y justifican el crimen y la miseria.

Que nuestros gobernantes cumplan con el compromiso de acogida a los refugiados y cumplan con los convenios internacionales para erradicar la pobreza extrema en el mundo.

La RSP demanda solidaridad. A todas las personas y organizaciones sensibles, que quieran acabar con la pobreza, les decimos: que no es suficiente con unirnos para estar juntos una vez al año, que es necesario unirnos para hacer cosas juntos. Que, si somos capaces de organizar a los empobrecidos y a la sociedad sensible para acabar con las causas de la pobreza y sus responsables en nuestro entorno, estaremos en mejores condiciones para ayudar, decididamente, a erradicar la pobreza extrema que existe en todo el mundo.

Las Palmas de G.C. a 17 de octubre de 2017.