Cuaderno Metodológico 5

DE VÍCTIMAS DE LA CRISIS A PROTAGONISTAS DEL CAMBIO

Estrategias y claves prácticas para la motivación, la implicación y la comunicación

[1] De víctimas de la crisis a protagonistas del cambio...

"La pobreza no es un accidente.
Como la esclavitud y el apartheid, es una creación humana
y puede eliminarse con las acciones de los seres humanos"

Nelson Mandela

"Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia. La única obligación
que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo".

Henry D. Thoreau

Aunque siempre tuvimos claro que la RSP era un instrumento de resistencia y de lucha contra las políticas neoliberales impuestas a las clases populares y trabajadoras y contra las medidas represivas emprendidas contra la movilización social, ha sido necesario recorrer nuestro propio proceso organizativo y de empoderamiento colectivo para autodefinirnos claramente. Para dotarnos de una visión nítida de nosotras y nosotros mismos.

Si bien siempre concebimos la RSP como la estrategia y la herramienta que nos posibilitaría transformar la política, la sociedad y la economía, necesitábamos una narrativa común que nos permitiese tomar conciencia de nosotras mismas y de nuestro papel como sujetos del cambio social y político. Tras un año de rodaje, organizando la solidaridad y articulando luchas, tras un año de trabajo conjunto con los movimientos sociales y dentro las comunidades de las que somos parte, nuestros barrios y pueblos, ha emergido una visión compartida de nosotros y nosotras mismas como víctimas de la crisis.

Todos y todas somos destinatarios de las políticas neoliberales, austericidas y represivas destinadas a empobrecernos y a doblegarnos como ciudadanos y ciudadanas que una vez tuvimos derechos. Y frente a ello, no solamente resistimos, sino que nos rebelamos, tomando conciencia de nuestro poder y de nuestro deber en defensa de los derechos humanos y de la democracia.

Nos reconocemos como víctimas de la crisis, sí. Pero hemos decidido dejar atrás esa condición para convertirnos en protagonistas de la transformación social. En protagonistas de la lucha por la democracia y por la justicia social.

Nuestra materia prima: la solidaridad.

Nuestra herramienta: la auto-organización.

Nuestro vehículo: la Red de Solidaridad Popular.

Tomar conciencia de nuestra condición común y del papel que queremos jugar constituye un poderoso instrumento de identificación colectiva y de proyección de nuestra propia imagen hacia el exterior. Es un requisito básico, fundamental, para poder dar sentido a lo que hacemos, motivarnos colectivamente y comunicar nuestro mensaje a la sociedad.

Pero no es suficiente tener una identidad colectiva y una narrativa común que nos permita construir discursos poderosos y mensajes contundentes, debemos aprender de nuestras propias prácticas para construir nuevas estrategias de implicación de las personas en nuestro proyecto y que, a su vez, nos permitan ser coherentes con los ideales y el modelo social que defendemos.

Por esos motivos, por la necesidad de construir un discurso poderoso y dotarnos de unas prácticas coherentes con nuestro ideario, en este cuaderno encontrarás:

  • Claves prácticas para implicar a otras víctimas de la crisis en nuestro proyecto y convertirnos conjuntamente en protagonistas del cambio.
  • Los elementos fundamentales del discurso colectivo que estamos construyendo y claves prácticas para la comunicación del mismo.

Si algo hemos tenido claro desde el principio en la RSP, por encima de cualquier otra cosa, es que nuestro ideario, discurso y práctica lo construíamos entre todos y todas. Es lo que encontrarás en este cuaderno, una sistematización de nuestras buenas prácticas y de nuestros discursos.

[2] ¿Cuál es nuestra idea de la solidaridad al servicio del empoderamiento popular?

"La solidaridad se construye entre iguales y a través de la organización colectiva se logra el empoderamiento del conjunto de las personas implicadas, aumentando sus capacidades de resistencia al sistema y de construcción de alternativas superadoras de las situaciones de precariedad, pobreza y exclusión que éste provoca"
Cuaderno Metodológico 3: ¿Cómo funciona una DESPENSA SOLIDARIA?

En la Red de Solidaridad Popular comenzamos nuestra andadura dotándonos de una Carta de Principios y de varios documentos que trataban de definir los principios y la metodología que orientarían nuestra forma de analizar la realidad, nuestro discurso, nuestra visión organizativa y nuestras prácticas solidarias. Durante todo este tiempo hemos tratado de ser coherentes con nosotros y nosotras mismas, siendo lo más fieles posibles a lo recogido en los mismos. Documentos en los que se recogían frases como la cita que abre este apartado.

Es conveniente recordar sintéticamente algunos de nuestros elementos distintivos de la RSP para facilitar una visión lo más completa posible de las propuestas desarrolladas en este cuaderno metodológico (recomendamos repasar anteriores Cuadernos Metodológicos, especialmente el número 1, ¿Qué es y cómo trabaja la RSP?, y el número 2, Guía Participativa: ¿Cómo dinamizar la Red de Solidaridad Popular?):

En esencia, definimos la RSP como un instrumento de resistencia y de lucha contra las políticas neoliberales que están abocando a la pobreza y a la falta de oportunidades a las capas populares y trabajadoras. A través de la articulación de redes de solidaridad y facilitando la auto-organización popular, damos respuesta a las situaciones de emergencia social de los barrios de nuestras ciudades y pueblos, a la vez que contribuimos a construir alternativas superadoras del actual sistema político y económico.

Además, somos un instrumento para el sostenimiento de la lucha social apoyando movilizaciones y huelgas con nuestros recursos: aportando cajas de resistencia, servicios jurídicos o infraestructura logística. La Red de Solidaridad Popular es un actor más, dentro de los movimientos sociales y en alianza con los mismos.

Nuestra estrategia de transformación social se basa en la articulación de sinergias entre cuatro líneas de acción complementarias entre sí:

  • La solidaridad, a través de iniciativas y proyectos de soberanía alimentaria, sanidad universal, servicios jurídicos, educación pública y soberanía energética.
  • La denuncia pública y la movilización social.
  • La desobediencia civil contra leyes, normas y medidas injustas.
  • La defensa jurídica y el litigio estratégico para el reconocimiento y ejercicio de todos los derechos humanos.

Concebimos la auto-organización como un proceso de aprendizaje y de empoderamiento colectivo, como un proceso que nos convierte en ciudadanos y ciudadanas protagonistas de sus vidas y del cambio social. Gracias a la auto-organización dejamos de ser personas aisladas que sufren en solitario y sin remedio las nefastas políticas que se nos imponen, para convertirnos en comunidades locales más preparadas para resistir las embestidas del poder y de la dictadura de los mercados. Aprendemos a apoyarnos mutuamente para superar las situaciones más graves de vulnerabilidad social, nos organizamos para salir adelante de forma colectiva y defender nuestros derechos, y nos articulamos en redes para lograr la unidad que nos convierte en sujeto social y político de cambio.

Las iniciativas solidarias que ponemos en marcha tratamos que no posean carácter caritativo, asistencialista o benéfico. Para conjurar este peligro, trabajamos conjuntamente con las personas más golpeadas por la crisis, partiendo de sus propias demandas y necesidades e implicándolas activamente en el diseño y gestión de los proyectos solidarios. Lo concebimos como un proceso de aprendizaje colectivo que contribuye a dotarnos de conocimientos, actitudes y habilidades para la auto-organización y el empoderamiento individual, grupal y colectivo. Conjuntamente tomamos conciencia de las causas de la crisis, de quiénes son sus culpables y de cuáles son las alternativas para cambiar el sistema.

Los miembros de la Red de Solidaridad Popular concedemos una enorme importancia a nuestra metodología de toma de decisiones y de intervención social, pues es nuestra forma de hacer las cosas la que otorga significado político y capacidad transformadora a nuestras prácticas. La participación activa y en igualdad de todos y todas es el fundamento central de nuestra teoría y nuestra práctica.

Para asegurar la coherencia entre nuestro discurso y nuestras prácticas, otorgamos un lugar central a la formación sociopolítica y metodológica, así como a la reflexión sobre nuestras prácticas y a la sistematización de las mismas. Fruto de este proceso formativo, reflexivo y sistematizador, son los contenidos que se desarrollan en las páginas siguientes.

[3] ¿Cuáles han sido las dificultades y los debates vividos al poner en práctica nuestra idea de la solidaridad?

"Si somos libres en el corazón, no habrá cadenas hechas por el hombre
con fuerza suficiente para sujetarnos"

Steve Biko

En el apartado anterior se ha narrado sintéticamente cuáles son los principios ideológicos y metodológicos que inspiran a la RSP y que orientan el camino a seguir. Sin embargo, a pesar de contar con esa inestimable guía, varias son las dificultades surgidas en nuestra práctica diaria que han centrado nuestros debates y reflexiones.

Debates centrados en cuatro aspectos fundamentales:

  • El lenguaje a usar para definir a los destinatarios y destinatarias de nuestras iniciativas solidarias: afectados, usuarios, beneficiarios, víctimas…
  • Cómo comunicar lo que hacemos de forma ilusionante y motivadora…
  • Cómo no caer en el asistencialismo, la caridad o la beneficencia…
  • Cómo superar las barreras entre "activistas" y "receptores de solidaridad" y cómo aprender a participar todos y todas conjuntamente, sin distinción, a empoderarnos colectivamente…

En síntesis, los debates han partido de la constatación de que la mayoría de integrantes originales de la RSP poseían un perfil activista y les costaba implicar activamente a las personas destinatarias de las iniciativas solidarias. Varios factores parecían influir, desde el lenguaje utilizado y la manera de comunicar, que imponía barreras no deseadas, hasta las prácticas seguidas en la intervención social que marcaban distancias entre "quién daba solidaridad" y "quién la recibía". El desconocimiento, en muchas ocasiones, de estrategias y herramientas de carácter emancipador para la intervención social (no asistencialistas) o la existencia de actitudes paternalistas, no conscientes, se encontraban detrás de estas dificultades.

Poco a poco vamos resolviendo los debates, pues estamos aprendiendo de nuestros errores y de nuestros aciertos:

  • En el terreno de las ideas y del lenguaje: "todos y todas somos víctimas de la crisis y nos queremos convertir en protagonistas del cambio, de la lucha por la transformación social". Esta es la frase que ayuda a sintetizar la evolución en la concepción que tenemos de nosotras y nosotros mismos y que está ayudando a eliminar las barreras simbólicas entre "activistas" y "destinatarios" de los proyectos solidarios. Independientemente de la situación de cada persona, más o menos afectada por la crisis, todos y todas somos objetivo de las nefastas políticas neoliberales que están atentando contra el conjunto de nuestros derechos civiles, sociales, económicos y culturales.
    Se trata de una solidaridad entre personas que se reconocen cómo iguales: cómo víctimas, como vecinas y cómo ciudadanas que en cualquier momento podrán necesitar del apoyo de las demás.
    Sentirnos víctimas, vernos a todos y todas nosotras como iguales, independientemente de nuestra situación personal, contribuye a erradicar actitudes paternalistas inconscientes que se estaban dando en las relaciones entre personas "activistas" y "destinatarias de los proyectos solidarios" .
  • En el terreno de la comunicación y la motivación: mejorando nuestro discurso, partiendo de problemáticas concretas, de historias reales, con rostro humano, para aterrizar al lenguaje de la calle y dotarle de aspectos más emocionales, y por tanto, más motivadores. Pero sin perder de vista la conexión con las dinámicas políticas, sociales y económicas que se encuentran tras las historias concretas, contextualizándolas e interpretándolas en relación con lo global, con la estafa y el expolio que es en realidad la crisis.
  • En el terreno de la implicación: con la mejora de nuestra metodología, buscando nuevas estrategias y claves prácticas para lograr empoderarnos colectivamente y huir del asistencialismo.

Hemos abundado mucho en cuestiones relacionadas con las ideas, con cómo nos definimos y con la imagen que tenemos de nosotras y nosotros mismos, elementos fundamentales para comunicar lo que hacemos y para proyectar un mensaje potente a la sociedad. Sobre cómo sacar más partido y rendimiento a estas cuestiones volveremos en el capítulo 5.

Ahora, consideramos prioritario centrarnos en las claves prácticas que nos ayudarán a romper la barrera entre "activistas" y "destinatarios de los proyectos sociales". Es desde la práctica diaria, desde el trabajo conjunto, desde el que superaremos los obstáculos que nos separan y desde dónde construiremos un proyecto común, sentido y compartido por todos y todas. Todas estas claves las veremos en el siguiente capítulo.

[4] ¿Cómo implicar y motivar? Algunas claves prácticas

"Para la RSP el discurso es tan importante como la práctica, pues es la praxis la que determina si realmente nos encontramos ante un proceso coherente con nuestras ideas y creíble de transformación social, con potencial real para cambiar la realidad"
Cuaderno Metodológico 2: Guía Participativa: ¿Cómo dinamizar la Red de Solidaridad Popular?

[4.1] La coherencia: nuestra premisa fundamental

¿Por qué es tan importante para nosotros ser coherentes con nuestra práctica?

Porque es nuestra forma de hacer las cosas la que determinará si estamos cumpliendo con nuestros ideales y, por tanto, si somos creíbles para los demás y para nosotras y nosotros mismos. Por este motivo, debemos tender hacia una coherencia absoluta entre nuestro discurso y nuestra práctica social y política. Pero también, porque es con la construcción de alternativas reales y eficaces, con la experiencia, cómo lograremos transformar la realidad. A la vez que estaremos en condiciones de convencer a los escépticos, de que, efectivamente, otro mundo es posible.

Otros motivos que nos impulsan a ser coherentes:

  • Porque estamos poniendo en práctica un ideal político, la democracia participativa, que requiere de formas organizativas que posibiliten la participación activa de todos y todas en la toma de decisiones.
  • Porque buscamos la concienciación política y el empoderamiento colectivo, huyendo del asistencialismo o la caridad.
  • Porque nuestros proyectos solidarios son una forma de intervención social destinada a ayudar a nuestros vecinos y vecinas más golpeados por la crisis, debiendo ser útiles y eficaces en la resolución de sus problemas.

Será la metodología que sigamos la que nos ayude a ser coherentes. Una metodología que será eminentemente participativa para favorecer el empoderamiento colectivo y la participación activa y en igualdad de todos y todas en la toma de decisiones. Para ello nos hemos dotado de una serie de principios, elementos metodológicos y prácticas que orientan nuestra forma de actuar y que han quedado recogidos en diversos cuadernos metodológicos (ver cuadernos 1, 2, 3 y 4).

Tomando de referencia los principios y los elementos metodológicos, será la práctica cotidiana, las tareas organizativas, los espacios de debate y reflexión, las asambleas, los espacios lúdicos, los que hagan realidad la implicación de todos y de todas en el proyecto de la RSP.

A continuación, aportamos algunas claves prácticas, extraídas de nuestras propias experiencias y reflexiones, que nos ayudarán a facilitar esa implicación.

[4.2] Claves prácticas para implicar y motivar

Clave Práctica 1: Confiando responsabilidades, huyendo del paternalismo.

Desde la tarea concreta, dándole responsabilidades a la gente, confiando en ellas, huyendo del paternalismo. Es la mejor estrategia que podremos seguir para implicar y empoderar a las personas, que constaten que confiamos en ellas y en sus capacidades al responsabilizarlas de la ejecución de acciones y tareas.

Las tareas concretas, tanto organizativas como solidarias, son el mejor instrumento para lograr implicar a las personas que participan de la RSP. Sin embargo, esta implicación difícilmente se producirá si no perciben que confiamos en sus capacidades. Deben sentir que confiamos en ellas. Y no hay mejor de demostrarles nuestra confianza que hacerles responsables de la ejecución de las tareas. Esto les hará sentirse parte del proyecto y aumentará su autoestima.

Muchas de las personas más golpeadas por la crisis y que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, sienten su autoestima afectada. La ideología del sistema las trata como personas fracasadas, culpables de su propia situación. Nosotros y nosotras sabemos que no es así, pero en nada las ayudaremos si tenemos una actitud paternalistas con las mismas. El ejercicio de responsabilidades aumentará poco a poco su autoestima al sentirse útiles a sí mismos y a los demás.

La responsabilidad en la realización de tareas, además, posee un enorme potencial para la capacitación de las personas. A través de las tareas concretas, de la realización de actividades solidarias o de acciones reivindicativas, se entra a formar parte del proceso de empoderamiento y toma de conciencia colectiva. En este proceso las personas aprenden a participar activamente dentro de la RSP y adquieren confianza para hacer oír su voz ante los demás. Se hacen iguales al resto de compañeros y compañeras, a la vez que se empoderan como ciudadanas y ciudadanos activos en la defensa de sus derechos.

No obstante, debemos tener en cuenta que este proceso requiere su tiempo y debemos ir poco a poco. No podemos dar a las personas tareas para las cuáles no estén preparadas y con las que no puedan cumplir, pues las frustraremos y perjudicaremos aún más su autoestima. El método consiste en realizar una selección de las personas idóneas para las diferentes responsabilidades a desempeñar y asignárselas, confiando plenamente en ellas.

Durante todo este proceso, será imprescindible el acompañamiento y la formación para aumentar poco a poco los niveles de capacitación de las personas. Y siempre que se perciba necesario, apoyar en la realización de las tareas. Al fin y al cabo, se trata de trabajar en equipo.

Y por último, no perder nunca de vista la siguiente máxima: "Cada uno aporta según su capacidad, cada uno recibe según su necesidad".

Clave Práctica 2: Dando ejemplo con nuestro trabajo y actitud.

 

No seremos creíbles en nuestro discurso si no lo acompañamos del ejemplo, en nuestro trabajo diario y en nuestra actitud con los demás. Muchos compañeros y compañeras, de perfil activista, no somos conscientes de que imponemos desigualdades en nuestra relación con las personas no acostumbradas a participar en movimientos sociales. Nos gusta conversar y trabajar con aquellas personas que tienen un nivel similar de concienciación y experiencia al nuestro, relegando a un segundo plano, precisamente, a las personas a las que decimos querer empoderar. Debemos identificar cuando caemos en este defecto y combatirlo.

En todo momento debemos trabajar codo con codo con todas las personas integrantes de la RSP, en igualdad, sin distinciones, ni niveles, "pisando el mismo barro". Creando grupos de trabajo que integren a todas las personas que quieran participar en los mismos, independientemente de su situación social o de su nivel formativo. La única diferenciación aceptable estará relacionada con la capacitación de cada uno para la realización de las diferentes tareas.

También promoveremos espacios de debate y de reflexión colectiva que integren a todas las personas sin distinción. De esta forma estaremos promoviendo la toma de conciencia y la participación en igualdad. Siempre dando voz a todos y todas, partiendo del respeto absoluto a todas las opiniones y practicando la escucha activa, independientemente de quién sea el interlocutor. Los perfiles más activistas, deberán hacer un esfuerzo por aterrizar su discurso, en muchas ocasiones demasiado elaborado, al lenguaje común, dedicando, pacientemente, todo el tiempo que sea necesario a argumentar y debatir.

Clave Práctica 3: Otorgando protagonismo a todos y todas por igual.

 

Diversas son las estrategias que podremos seguir para dar protagonismo a todas las personas en la RSP. De entre las mismas, el uso de metodologías participativas para garantizar la participación activa de todas las personas en las reuniones, en las asambleas, en los grupos de trabajo. Existen varios medios para capacitarnos en el uso de las mismas: materiales didácticos, encuentros formativos, asesoramientos.

Pero también podemos recurrir a nuestra imaginación y creatividad para inventar nuevas formas de ceder el protagonismo a todos y todas por igual. Podemos tomar como ejemplo la práctica puesta en marcha por la RSP de Centro-Arganzuela: en cada reunión un miembro diferente de la Asamblea explica en qué consiste la RSP a las nuevas incorporaciones. De esta forma aseguran que todas las personas están formándose e interiorizando el discurso de la RSP. A todas las personas participantes de esta red, se les recomienda leer los cuadernos metodológicos y otros textos, porque en cualquier momento les puede tocar explicar en grupo, a las nuevas incorporaciones, en qué consiste la RSP. Se ha constatado un salto cualitativo en la interiorización de lo que es la RSP y en la capacidad de transmitirlo a terceros.

Otra forma de repartir el protagonismo en la RSP, consiste en distribuir la responsabilidad de participar en charlas y conferencias entre diferentes personas integrantes de la red. Especialmente efectivo es otorgar esta responsabilidad a personas especialmente golpeadas por la crisis, conseguimos aumentar su autoestima, a la vez que su potencial de sensibilización a terceros es enorme.

Clave Práctica 4: Concienciando desde la problemática particular.

 

Partiendo del caso particular de cada persona para conectar su problemática con las dinámicas sociales, económicas y políticas globales que le han llevado a esa situación. De esta forma estaremos elaborando explicaciones a su problema en un lenguaje sencillo y comprensible para esa persona, haciéndole ver que ella no es la culpable de su situación, mientras le ayudamos a tomar conciencia de cómo el sistema ha actuado contra ella. En cualquier caso, debemos hacerle ver que se trata de un problema social al que sólo se puede dar una respuesta colectiva, nunca individual.

Ese es el enfoque de pretendemos dar a todos nuestros proyectos, aprendiendo de nuestra propia práctica y de las experiencias aportadas por otros movimientos sociales, como la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Ésta perspectiva de trabajo, dar el salto desde la problemática individual hacia la respuesta colectiva, se comprende muy bien en el siguiente pasaje extraído de nuestro cuaderno metodológico 4:

"Debemos tomar como referencia la buena práctica de la PAH en esta materia. Las personas implicadas en la PAH comprendieron rápidamente que la asesoría jurídica individual contribuía a mantener la fragmentación del colectivo de personas afectadas por las hipotecas. Las personas que acudían con un problema de ejecución hipotecaria no entendían la magnitud del problema hipotecario, financiero y sistémico, sino que percibían como un hecho aislado el problema que estaban sufriendo. Para cambiar esta realidad, pusieron en marcha planes de acompañamiento a los afectados mientras las asesorías jurídicas se organizaban colectivamente. Cada semana, en las asesorías jurídicas, los abogados se diluían entre el grupo, siendo el conjunto de participantes quiénes daban respuesta colectiva a los problemas que se planteaban. De esa forma lograron que las personas que acudían a solucionar un problema individual acabaran asumiendo e interiorizando que se trataba de un problema colectivo. En este caso, del conjunto de trabajadores que se vieron afectados por la estafa inmobiliaria. Pero no sólo ha sido un proceso de concienciación, también de auto-organización para responder colectivamente a las situaciones más dramáticas".

Esa es la orientación que debemos darle a todos nuestros proyectos solidarios. Encontraremos pistas muy útiles en el Cuaderno Metodológico 3 sobre el funcionamiento de las despensas solidarias y en el Cuaderno Metodológico 4 sobre el funcionamiento de los servicios jurídicos de la RSP.

Clave Práctica 5: Realizando pactos de reciprocidad.

 

Uno de los lemas que utilizamos en la RSP hace referencia a un principio de reciprocidad: "Yo doy, yo recibo". Está estrechamente relacionado con la concepción que tenemos de la solidaridad: aquella que se produce entre iguales, entre personas que se sienten pertenecientes a una misma comunidad y a una misma clase oprimida. Ilustrativo es el siguiente párrafo extraído del Cuaderno Metodológico 3:

"Es una premisa fundamental de la Red de Solidaridad Popular implicar activamente a todas las personas receptoras de solidaridad. La solidaridad se entiende como un compromiso entre iguales, "hoy por ti, mañana por mí", dónde no existen jerarquías, personas poderosas que son caritativas con las débiles. Todos y todas formamos parte de la misma comunidad, contribuyendo conjuntamente al bienestar común. De esta forma se cumple con el principio de reciprocidad establecido por la RSP: "yo doy, yo recibo"."

Se trata también de una solidaridad entre víctimas de la crisis, de una solidaridad entre oprimidos para hacer frente a los desmanes de los poderosos, forjando una unión de personas que han decidido rebelarse contra las injusticias sociales que padecen.

Sin embargo, como hemos visto en páginas anteriores no siempre es fácil lograr esta implicación ni ésta unión. A las dificultades expuestas con anterioridad, se une la falta de concienciación y de cultura participativa de una mayoría de personas que se acercan a la RSP. Una buena estrategia para combatirlas y fomentar el compromiso y la solidaridad con la comunidad de la que forman parte, consiste en trabajar la reciprocidad como forma de estar dentro de la RSP.

Un buen ejemplo es el de las despensas solidarias, dónde a cambio de recibir alimentos y otros productos de primera necesidad, se promueve la implicación en los proyectos solidarios, en actividades, en la organización de movilizaciones o en campañas de denuncia pública (ver el cuaderno metodológico 3).

Clave Práctica 6: Estableciendo objetivos alcanzables de organización y de lucha.

 

Es necesario para motivar a las personas integrantes de la RSP y no frustrar sus expectativas. Por este motivo no debemos ser excesivamente ambiciosos, pues nos podemos estrellar fácilmente y desmoralizar a las personas implicadas.

Debemos ser realistas y prácticos. Para ello, estableceremos objetivos alcanzables de organización y de lucha, asegurando el cumplimiento de las metas fijadas. Se trata de planificar proyectos y acciones fácilmente alcanzables que supongan "hitos motivadores" una vez alcanzados, al incrementar la confianza y la autoestima colectiva en sus propias capacidades organizativas. De esta forma iremos creciendo poco a poco, según aumenten nuestras capacidades humanas y materiales, sobre bases sólidas y sostenibles.

Clave Práctica 7: Trabajando la solidaridad de diferentes formas para atender a las necesidades específicas de cada persona y colectivo.

 

Debemos ser sensibles a la diversidad que existe en nuestras comunidades y en nuestros barrios. No podemos trabajar la solidaridad de igual manera con todas las personas y con todos los colectivos sociales y culturales. Debemos analizar cuáles son sus condiciones de partida y sus necesidades específicas, para dar la respuesta más adecuada posible.

No se puede intervenir de igual forma con todo el mundo a pesar de que les una la misma problemática. Siempre habrá más dificultades con personas que lleven más tiempo que otras en situación de exclusión social o de vulnerabilidad. También podremos encontrar dificultades relacionadas con la comunicación o con diferentes concepciones culturales en personas pertenecientes a colectivos de inmigrantes o a grupos étnicos (población gitana y merchera). De igual forma, no es lo mismo intervenir con hombres que con mujeres.

Si no atendemos a sus especificidades no se sentirán satisfechos con la ayuda que les prestemos porque seguramente no será ni adecuada ni útil. Estaremos errando en nuestra manera de intervenir al restar eficacia a nuestro trabajo solidario. Además, si no somos sensibles a la diversidad y no reconocemos su derecho a ser diferentes, no se sentirán comprendidos ni valorados. Estaremos siendo incoherentes con nosotros y nosotras mismas al dificultar su implicación en el proyecto común y al transmitirles el mensaje de que no son nuestros iguales.

Somos conscientes de las dificultades que supone trabajar las diferentes especificidades y características existentes, por este motivo es conveniente dejarse asesorar y pedir consejo a aquellos compañeros y compañeras especialistas en la intervención social con cada tipo de perfil o colectivo. De esta forma, se estará en mejores condiciones para diseñar estrategias de intervención más acordes a la realidad (Para obtener formación y asesoramiento: formacion@reddesolidaridadpopular.org).

Clave Práctica 8: Formarnos y pedir consejo.

 

Es necesario formarnos continuamente para capacitarnos en el uso de las herramientas metodológicas y de las claves prácticas que harán posible todo lo anterior. En este sentido es fundamental recurrir a los materiales metodológicos y prácticos publicados en la web de la RSP, así como participar de los encuentros formativos que se organicen.

También es fundamental pedir consejo y asesoramiento, bien al equipo de formadores que integran la Comisión de Elaboración Política y Metodológica, bien a otras experiencias de la RSP que estén interviniendo exitosamente sobre las problemáticas sociales que nos preocupen.

Por último, es esencial aprender de nuestra propia experiencia y de nuestras buenas prácticas, por ello debemos sistematizarlas para extraer aprendizajes que puedan ser compartidos y transferidos de unas RSP a otras. Aunque ya existe un equipo especializado en la sistematización experiencias, es imposible abarcar a la RSP en su conjunto. Por este motivo, debemos contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a sistematizar nuestras propias prácticas. En este sentido, es básico formarse y ser capacitados en la metodología de la sistematización de experiencias.

[5] La fortaleza de nuestro discurso: ¿Cómo comunicar lo que hacemos?

[5.1] La fortaleza de nuestro discurso

"Por fin hablamos en primera persona, como víctimas de la crisis, y nos hemos dotado de una narrativa poderosa y alternativa sobre la crisis, un relato de los hechos construido desde historias reales interpretadas a la luz de una visión global, crítica y fundamentada"

Cuando comenzamos nuestra andadura hablábamos de un instrumento, la RSP, que nos ayudaría a dar respuesta a las consecuencias que la crisis estaba teniendo sobre las personas más vulnerables. Hablábamos de ayudar a los afectados por la crisis. De esta forma, existía en nuestro discurso una diferenciación entre "activistas" y "afectados" y un relato abstracto, muy bien fundamentado, pero alejado de las historias reales de la gente.

Ahora hablamos en primera persona: todos y todas nos reconocemos como víctimas de la crisis, todos y todas estamos sujetos al mismo proceso de precarización y empobrecimiento generalizado. Ya el foco de nuestro discurso no es el instrumento, la RSP. Ahora focalizamos nuestro discurso en nosotros y nosotras mismas como protagonistas del cambio, como ciudadanos y ciudadanas que se han rebelado contra las injusticias sociales y se valen de la solidaridad como estrategia de resistencia y de lucha.

Y tras un año de trabajo con la realidad, en nuestros barrios, pueblos y ciudades, construimos nuestro discurso desde la legitimidad que nos otorga el conocimiento profundo de la realidad, desde el conocimiento profundo de miles y miles de historias reales, las de nuestros vecinos y vecinas, las nuestras propias.

Estas circunstancias nos están permitiendo construir un discurso mucho más cercano a la gente, más sencillo, conciso y concreto, a la vez que conectado con las dinámicas políticas, sociales y económicas que están empujando a las personas a la precariedad, la pobreza y la vulnerabilidad. Un tipo de discurso que adquiere fuerza, también, ante los medios de comunicación de masas y ante los medios alternativos de Internet.

A su vez, nuestra alianza con otros movimientos sociales nos está posibilitando construir un discurso alternativo común sobre la crisis y aprender mutuamente cuáles son las mejores estrategias comunicativas a desarrollar. Baste citar el acierto del lema de las Marchas por la Dignidad: "Pan, techo y trabajo". No puede haberse formulado un enunciado más directo y contundente. En la sencillez radica su fuerza. Palabras del lenguaje cotidiano que, sin embargo, en el contexto actual adquieren una carga de profundidad inmensa. Todo un simbolismo de lo que nos niegan y contra lo que nos rebelamos.

En esa línea estamos articulando gran parte de nuestro discurso. Una rápida consulta a las noticias de nuestra web o a los lemas que utilizamos en nuestras movilizaciones, acciones y actividades, en solitario o en alianza con otros movimientos sociales, así lo corroboran:

  • "Cada cual aporta según su capacidad y recibe según sus necesidades"
  • "Yo doy, yo recibo"
  • "Somos pueblo, somos poder"
  • "Organizando la solidaridad"
  • "Hacemos lo que decimos"
  • "Pan, techo y trabajo"
  • "Éramos víctimas, ahora somos protagonistas de la transformación social"
  • "Si el enemigo es común, ¿qué hacemos luchando por separado?"

[5.2] Algunas claves prácticas para la comunicación

Clave Práctica 1: Huir de la retórica y simplificar el discurso.

Huyendo de la retórica política clásica, abstracta y "aburrida". Simplificando nuestro discurso, haciéndolo más directo, más llano, más popular. Incidiendo en lo que de verdad preocupa a la gente: "llegar a fin de mes", "tener que comer", "no pasar frío", "tener un techo digno", "tener trabajo", "darle una educación a sus hijos", "poder pagar las medicinas", etc.

Sobre cómo construir un discurso contundente y eficaz, a la vez que sencillo, ya hemos dedicado suficiente espacio en el apartado anterior sobre la fortaleza de nuestro discurso.

Clave Práctica 2: Contar historias.

Tenemos un marco teórico muy claro sobre las causas de la crisis y a quiénes beneficia, sustentado en un análisis sociopolítico riguroso y un discurso muy elaborado sobre las dinámicas económicas, políticas y sociales que lo explican. También hemos definido cuáles son las alternativas y las posibles hojas de ruta a seguir. Todo esto es fundamental para diseñar nuestras estrategias y orientar nuestras acciones: saber de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir.

Sin embargo, no es fácil transmitir tanta información a todas las personas con las que nos relacionamos en el día a día. Y cuando tenemos ocasión, muchas veces fallamos porque nuestro discurso es excesivamente teórico y elaborado. No es de extrañar que otras personas no nos comprendan, para muchos y muchas de nosotras alcanzar ese nivel de análisis nos ha costado años de formación y de experiencia. ¿Quiere eso decir que las personas que no nos comprenden están incapacitadas para hacerlo? No, simplemente quiere decir que el problema es nuestro, que no lo estamos haciendo bien, que no estamos adaptando nuestro lenguaje y nuestro mensaje a las personas destinatarias del mismo.

Siempre, por sistema, deberemos evaluar previamente a la realización de cualquier acción de sensibilización, concienciación o comunicación, el nivel de conocimientos de las personas destinatarias de nuestro mensaje y adaptarlo al mismo.

No obstante, existe una forma de comunicar que siempre es efectiva independientemente de quién sea el interlocutor: contar historias. Son eficaces tanto para el debate político y la sensibilización de la sociedad, como para captar la atención de los medios de comunicación.

Debemos buscar historias en las que nuestro marco, nuestro relato sobre la crisis, se construya dentro de las mismas y contarlas. La potencia de contar historias reales, ha quedado patente en páginas anteriores, por la legitimidad que nos otorga y por lo que nos ayuda a acercarnos al sentir de la gente, al sentir de nuestros vecinos y vecinas.

Debemos aprender de lo que otros hacen bien, incluidos nuestros enemigos. Si observamos con atención las estrategias de marketing que siguen las empresas para vender sus productos o incluso las ONG para conseguir fondos privados, observaremos que cada vez recurren más a contar historias. ¿Por qué? Porque resultan muy efectivas. Nuestro cerebro está más preparado para comprender historias, para entender razonamientos narrativos (relatos), que razonamientos lógicos. Eso lo saben los especialistas en marketing y obviamente lo utilizan para obtener mayores beneficios económicos.

Los relatos son tan antiguos como la humanidad, antes de la escritura fueron el vehículo perfecto para transmitir el conocimiento dentro de las comunidades humanas. Además, son ideales para transmitir valores, pues las buenas historias se recuerdan bien y son fáciles de difundir. Ésta es la potencialidad que nos interesa de las historias, utilizarlas como canales alternativos de comunicación y concienciación de las comunidades de las que formamos parte.

Contar historias también es muy efectivo para atraer la atención de los medios de comunicación. De nuevo fijémonos en las estrategias seguidas por organizaciones defensoras de derechos humanos para colocar sus reivindicaciones en la agenda mediática: visibilizan casos concretos, historias reales de personas reales. Igualmente, esta estrategia es muy efectiva, los medios de comunicación y sus destinatarios serán más receptivos a una denuncia pública o a una reivindicación si ésta se acompaña de una historia real con rostro humano.

La cuestión crucial para la RSP es cómo cuenta sus propias historias y a qué fin sirven. El fin está fuera de toda discusión, se ha explicado suficientemente en páginas anteriores. En cambio, cómo contar las historias es un tema que reviste mayor complejidad. Como norma general no existe ningún impedimento para relatar situaciones y hechos reales mientras no se personalicen, el único requisito es que sean buenos ejemplos de las consecuencias que está teniendo la crisis en las personas.

Sin embargo, cuando las historias se personalicen deberemos ser mucho más cuidadosos, porque normalmente este hecho se producirá al relacionarnos con medios de comunicación. En la inmensa mayoría de las situaciones, los periodistas querrán acompañar la noticia con algún caso real. Deberemos ser muy celosos del enfoque que se vaya a dar la noticia. Si intuimos que se le dará un enfoque morboso o que atente contra la dignidad de los compañeros y compañeras que se presten a contar su historia, no colaboraremos con el medio de comunicación. Para ello, una buena técnica consiste en preparar previamente la entrevista con el periodista para detectar qué tipo de preguntas va a realizar. También es conveniente estar presentes durante la entrevista, si hay cámaras de fotos o de televisión, para vigilar que no se tomen imágenes que puedan atentar contra la intimidad o la dignidad de los entrevistados.

Se pueden dar situaciones en las que las personas quieran contar su historia pero ocultando su identidad. En estos casos pactaremos con los periodistas el uso de nombres falsos y la omisión de detalles en la historia que pudieran delatar la identidad de las personas entrevistadas. En el caso de que haya imágenes, por tratarse de un medio televisivo, las tomas se realizarán de tal forma que se oculte el rostro de la persona, bien por estar de espaldas o bien por encontrarse a contraluz. En casos extremos, puede darse la situación de personas que requieran que se les distorsione la voz.

No debemos preocuparnos por lo descrito en las líneas anteriores, los casos de personas que se presten a una entrevista al tiempo que quieran ocultar su identidad serán excepcionales. Pero tenemos que ser conscientes que algún caso se puede producir. Puede que haya personas que tengan una necesidad imperiosa de denunciar su situación al tiempo que la consideran vergonzosa, no queriendo ser reconocidos por familiares, amigos y conocidos.

Un último consejo: debemos asegurarnos de que las personas que se prestan a contar su historia ante un medio de comunicación están verdaderamente convencidas de lo que hacen. Puede darse el caso de personas que no se atrevan a "decirnos que no" porque creen que nos lo deben, porque las hemos ayudado. Si alguna vez buscamos personas para ser entrevistadas, deberemos dejarlas constancia de que no poseen ningún tipo de compromiso para con la RSP, solamente para con ellas mismas. Y si no están seguras del todo o albergan alguna sospecha, por mínima que sea, de que podría perjudicarles salir en medios de comunicación, simplemente les aconsejaremos que no cuenten su historia públicamente.

Para concluir, las historias que contemos además de tener un componente claro de denuncia, deberán incluir mensajes esperanzadores de superación, mostrando lo que desde la organización colectiva se puede lograr. Se trata de transmitir el mensaje de que existen alternativas a la resignación que nos imponen, que existe otro modo diferente de enfrentar la crisis y salir de ella. Que depende de nosotros y nosotras construir las alternativas y que "sí se puede".

Clave Práctica 3: Desenmascarar a los culpables y beneficiarios de la crisis.

Frente al relato oficial, que sitúa la aparición de la crisis como una fatalidad inevitable y las medidas tomadas para salir de la misma como las únicas posibles, debemos describir con precisión quiénes son los culpables y los beneficiarios de esta situación.

La ideología dominante presenta "los mercados" como entes abstractos, regidos por leyes naturales y consecuencias inevitables. Como si las acciones de los seres humanos no tuvieran nada que ver en la marcha de la economía. "Solamente se puede salir de la crisis siguiendo las leyes de los mercados", ese es el mantra que nos repiten hasta la saciedad, obviando que los mercados están controlados por personas y empresas muy poderosas con capacidad para alterar con sus acciones las dinámicas económicas globales.

Contradictoriamente, la ideología neoliberal dominante sí señala culpables concretos de la crisis cuando se trata de distraer la atención sobre las verdaderas causas que la originaron o cuando pretende justificar los recortes sociales y las privatizaciones de servicios públicos: los trabajadores que han vivido por encima de sus posibilidades, los morosos que no pagan sus hipotecas, los funcionarios, los profesores, los médicos,…

Para combatir esa estrategia debemos desenmascarar a los culpables y beneficiarios de la crisis, con nombres y apellidos, describiendo con precisión y con el rigor de los datos cómo han provocado la crisis y cómo se están enriqueciendo con esta situación. También describiremos sus relaciones con la clase política y los intereses comunes que les unen. Nuevamente huiremos de la retórica política clásica, abstracta y "aburrida", construyendo un relato alternativo, verídico y preciso sobre la crisis. En definitiva, "contando historias".

Clave Práctica 4: Pasión y convicción.

A la hora de comunicar lo que hacemos, si no existe pasión y convicción en nuestras palabras, no seremos efectivos. No conseguiremos motivar e implicar a las personas que se relacionen con la RSP, bien por qué necesiten de sus proyectos solidarios, bien porque comparten sus objetivos de transformación social. Pero tampoco conseguiremos hacer creíble nuestro mensaje ante la sociedad. Para que los demás crean en nuestro proyecto, primero debemos creer nosotros y nosotras en él. Una forma de transmitir confianza en lo que hacemos, es hablar sin complejos, con pasión, autoridad y convicción.

Clave Práctica 5: Actitudes y habilidades para el debate.

La comunicación, como hemos visto, es básica para motivar e implicar a las personas de nuestro entorno, pero también es un arma para la lucha y la transformación social. Por este motivo, debemos seguir una serie de recomendaciones al enfrentarnos a oponentes políticos o simplemente comunicar públicamente nuestro mensaje:

  • Háblale a la gente y a tus oponentes desde los valores: enmarca las cuestiones importantes desde los principios y la perspectiva de la RSP.
  • Debes transmitir firmeza en tu voz, optimismo en tu proyecto y pasión en tus convicciones.
  • Sé proactivo, no reactivo. Conduce siempre tu discurso y el debate a tú terreno, hacia los temas importantes que la RSP quiere incluir en la agenda política, social y mediática. Describe con precisión y concisión las nefastas consecuencias de las políticas neoliberales y las alternativas a las mismas.
  • Actúa siempre a la ofensiva: no te quejes, refunfuñes o te hagas la víctima ante las artimañas o las mentiras de tus oponentes. Mantén la calma, es señal de que sabes de qué hablas y así conseguirás transmitir seguridad en ti mismo y en tu proyecto (el de la RSP). Y sobre todo, ten buen humor, no te enojes ni eleves el tono, trata siempre con respeto al adversario.
  • No respondas nunca a una pregunta enmarcada desde el punto de vista de tu oponente, recondúcela a tu terreno.
  • Sé sincero: utiliza argumento y marcos interpretativos en los que realmente crees. Si no te sientes preparado o preparada para defender una idea o una iniciativa de la RSP, es mejor dejar paso a otro compañero o compañera que esté en mejores condiciones de defenderlas.
  • Huye de los montajes: si intuyes que te han invitado a un debate o a una charla pública que está trucada de antemano, no te prestes al juego.
  • Y recuerda, cuenta historias en las que el mensaje de la RSP se construya dentro de las mismas.

Clave Práctica 6: Utiliza argumentarios.

Son muy útiles para preparar debates o intervenciones ante medios de comunicación cuando desconocemos el tipo de preguntas que nos harán. Es una herramienta muy sencilla: consiste en elaborar un listado de posibles preguntas, temáticas o polémicas con sus respectivas respuestas. Nos ayudará a prepararnos a conciencia y a sentirnos más seguros a la hora de enfrentar el reto.

Sería conveniente que desde la respectivas RSP locales se elaborasen argumentarios genéricos para portavoces de la red, atendiendo a las principales problemáticas, temáticas y polémicas locales. De igual forma se debe proceder a escala estatal.

Recientemente, el diario ABC publicó un artículo sesgado intencionadamente para distorsionar la imagen pública de la RSP, en el cuál se afirmaba que la entrega de alimentos estaba condicionada a participar en manifestaciones contra el Gobierno o a afiliarse a determinada fuerza política. Esta noticia ha situado en la agenda mediática una cuestión polémica sobre la que seguramente se nos interpele desde otros medios de comunicación o en espacios públicos. Una buena forma de enfrentarnos a esta polémica es elaborar una respuesta contundente que intente zanjar la polémica. Este es un ejemplo de pregunta/respuesta que podría incorporarse a nuestro argumentario:

¿Dais alimentos a la gente a cambio de que participen en manifestaciones?

La RSP se compone de redes locales de apoyo mutuo, integradas dentro de sus respectivas comunidades, que se comprometen con sus vecinos y vecinas y esperan que estos se comprometan con su comunidad. Se trata de una relación de reciprocidad entre iguales, sin instrumentalizaciones, atendiendo al interés general de la comunidad y a la defensa de los derechos de ciudadanía de todas las personas. Así entiende la solidaridad la RSP, como una relación de compromiso y apoyo mutuo. ¿Por qué tiene que ser algo negativo pedir que la gente se comprometa con los problemas de su comunidad? ¿Por qué es malo esperar que las personas sean solidarias con sus vecinos y vecinas? Las Administraciones exigen contraprestaciones a los parados por recibir subsidios o a las personas en situación de exclusión social por recibir la renta mínima de inserción. Igualmente hacen muchas ONG o la propia Iglesia. Nadie pone el grito en el cielo por exigir estas contraprestaciones. ¿Por qué en nuestro caso sí es malo esperar que la gente se comprometa a pesar de que no es una exigencia por nuestra parte? Es evidente, el por qué… Porque estamos actuando como ciudadanos y ciudadanas que se organizan solidariamente para resistir a las políticas que nos están empobreciendo y que luchan colectivamente por restituir sus derechos, y eso, es muy incómodo para la clase política y la clase económica dominante.