Cuaderno Metodológico 1
¿QUÉ es y CÓMO trabaja la Red de Solidaridad Popular?
¿Qué es la Red de Solidaridad Popular?
¿Para qué trabaja la Red de Solidaridad Popular?
¿Cuáles son los pasos a dar para poner en marcha el proceso?
¿Cuál debe ser el papel a jugar por los Grupos de Acción Comunitaria?
¿Qué es la Red de Solidaridad Popular?
Es un instrumento de resistencia y de lucha contra las políticas neoliberales que están abocando a la pobreza y a la falta de oportunidades a las capas populares y trabajadoras.
A través de la articulación de redes de solidaridad y de la auto-organización popular, se dará respuesta a las necesidades más urgentes que sufren muchas personas en los barrios de nuestras ciudades y pueblos, a la vez que se construirán alternativas superadoras del actual sistema político y económico.
Aunque la Red de Solidaridad Popular se configura como una red de iniciativas sociales creada para dar respuesta urgente a la situación de emergencia social de cientos de miles de personas, su finalidad última es la transformación social desde una perspectiva netamente de izquierdas y alternativa al actual sistema capitalista.
¿Para qué trabaja la Red de Solidaridad Popular?
Para apoyar al proceso de resistencia popular frente a las políticas de austeridad, desmantelamiento del Estado de Bienestar y represión que con la excusa de la crisis están implementando el Gobierno español y las instituciones europeas.
La Red de Solidaridad Popular es un actor más, dentro de los movimientos sociales, que se aliará con los mismos, poniendo sus recursos humanos y materiales al servicio de la creación de iniciativas solidarias que contribuyan a paliar y superar el sufrimiento de tantas familias y personas que lo están pasando mal.
De tal suerte, que se crearán, o se contribuirán a fortalecer, servicios necesarios para superar situaciones de emergencia social, tales como, despensas solidarias, bancos de libros, cooperativas de autoempleo, proyectos de soberanía alimentaria, servicios jurídicos para apoyar a activistas represaliados, asistencia sanitaria, guarderías, cajas de resistencia, y todas aquellas otras iniciativas que se consideren necesarias para afrontar las problemáticas del territorio en el que se actúe.
¿Para quién trabaja la RSP?
La Red de Solidaridad Popular está al servicio de las clases populares y trabajadoras, tanto de sus necesidades socioeconómicas más apremiantes, como de su proceso de autoorganización y resistencia social y política.
Las iniciativas solidarias en ningún momento revestirán carácter benéfico ni asistencialista ni caritativo, serán puestas en marcha conjuntamente con las personas afectadas por las consecuencias de la crisis, partiendo de sus propias demandas y necesidades e implicándolas activamente en su diseño y gestión.
Toda iniciativa solidaria, ya sea una despensa solidaria o un banco de libros escolares, debe ser un proceso de aprendizaje colectivo que, a través de la implicación directa de sus destinatarios, contribuya a dotarles de habilidades y conocimientos para su auto-organización y empoderamiento.
Toda iniciativa debe tender a ser autosostenible y autogestionada por las personas y movimientos sociales implicados. Debe ser un proceso organizativo a la vez que de toma de conciencia de las causas de la crisis, de quiénes son sus culpables y de cuáles son las alternativas para cambiar el sistema.
¿Con quién trabaja la RSP?
La Red de Solidaridad Popular trabajará con todas aquellas personas, asociaciones y movimientos sociales que estén poniendo en marcha proyectos e iniciativas solidarias contra la crisis.
La RSP se integrará dentro del tejido social de cada barrio y se coordinará con sus diferentes actores para detectar situaciones de emergencia social a cubrir, fortalecer las iniciativas solidarias ya existentes y articular procesos conjuntos de resistencia social y política.
La RSP no pretenderá liderar los procesos de articulación de movimientos sociales y construcción de poder popular, será un actor más que contribuirá a facilitar esta articulación poniendo a su servicio sus recursos humanos y materiales. Sólo en aquellos casos que la debilidad del tejido social así lo aconseje, y por consentimiento del mismo, la RSP asumirá la dinamización y liderazgo del proceso.
¿Algunos ejemplos de personas, asociaciones y movimientos sociales con los que articularse?: asociaciones de vecinos, AMPAs, 15-M, ONGs de acción social, la PAH, profesores y profesoras de primaria y secundaria, iglesias, personal sanitario de los centros de salud, organizaciones ecologistas, sindicatos de clase, organizaciones feministas, servicios sociales públicos, agrupaciones y asambleas locales de partidos políticos de izquierdas, el movimiento de las mareas (verde, blanca, naranja, etc)...
¿Cómo trabaja la RSP?
Aunque la mayoría de las iniciativas solidarias y de resistencia que se pongan en marcha serán sencillas de identificar, pues responderán a las necesidades básicas de la gente y del sentido común de las personas implicadas, los problemas de gestión y la urgencia del día a día nos pueden hacer perder de vista que nos encontramos dentro de un proceso organizativo y de transformación social mucho más amplío.
La propia forma en la que nos organicemos y participemos determinará en buena medida si estamos contribuyendo a cambiar la realidad o simplemente estamos repitiendo fórmulas meramente asistencialistas y benéficas.
Para conjurar ese peligro, no se deber perder nunca de vista:
- Que se trata de un proceso de transformación social, de izquierdas, y que, por tanto, debe ser en todo momento lo más participativo posible.
- El papel que debe jugar la Red de Solidaridad Popular, a través de los Grupos de Acción Comunitaria.
- Que existen unas orientaciones metodológicas que nos ayudarán enormemente a avanzar en el proceso participativo y a no desviarnos de nuestro papel.
A responder a estos aspectos claves de nuestro trabajo como RSP, nos ayudarán las siguientes orientaciones:
¿Cuáles son los pasos a dar para poner en marcha el proceso?
El instrumento idóneo para impulsar todo el proceso será el Grupo de Acción Comunitaria, el agente representativo y operativo de la Red de Solidaridad Popular en cada barrio, ciudad o pueblo.
El Grupo de Acción Comunitaria será el espacio aglutinador en cada territorio de todas las personas que quieran sumarse a las iniciativas impulsadas por la RSP. La esencia de los GAC, por tanto, es la diversidad y la participación:
- deben ser espacios abiertos a todas aquellas personas y colectivos que quieran aproximarse e integrarse en los mismos;
- deben favorecer la participación activa de todas las personas y colectivos que los integren, para ello será fundamental crear una estructura y emplear metodologías participativas que lo hagan posible.
El Grupo de Acción Comunitaria debe ser consciente en todo momento que es un actor más del territorio, debiendo coordinarse, cooperar y articularse en iniciativas conjuntas con otras organizaciones y movimientos sociales.
El GAC debe realizar una análisis global de las necesidades sociales, los conflictos latentes y manifiestos y los actores presentes en el territorio para poder desarrollar una visión estratégica de cuál es su papel en el territorio.
Ese análisis de debe ser participativo, elaborando un diagnóstico que integre todas las visiones diferentes sobre cada problemática, conflicto y necesidad social existente en el territorio. Para ello deben identificar a todas las personas, organizaciones y movimientos sociales con trabajo en el territorio o motivación por apoyar iniciativas solidarias y de resistencia.
Será el diagnóstico el que determine cuáles son las iniciativas, proyectos o programas a poner en marcha en el territorio, partiendo de las necesidades y demandas expresadas por sus vecinos y vecinas.
A continuación se detallan los pasos a dar:
- Constitución de un Grupo Motor encargado de impulsar el proceso y de la creación posterior del Grupo de Acción Comunitaria (integrado por personas y actores del territorio).
- Realización de un mapeo de organizaciones, movimientos sociales e iniciativas sociales que se estén desarrollando en el territorio.
- Elaboración de un diagnóstico participativo que integre la visión de todas las personas, organizaciones y movimientos sociales, identificando las principales problemáticas, necesidades y centros de interés.
- Priorización de las problemáticas a dar respuesta y diseño de las iniciativas y proyectos que servirán para tal fin.
- Creación del Grupo de Acción Comunitaria como instrumento para ejecutar las iniciativas y proyectos diseñados.
- Participación activa del Grupo de Acción Comunitaria en los espacios de coordinación de organizaciones y movimientos sociales del territorio.
¿Cuál debe ser el papel a jugar por los Grupos de Acción Comunitaria?
Las iniciativas y proyectos a poner en marcha deben partir de las necesidades de la población y de las prioridades que ella misma marque, el GAC es el instrumento para hacerlos posibles.
El papel del GAC debe ser de acompañamiento a la auto-organización popular para facilitar la puesta en marcha de las iniciativas y contribuir a su fortalecimiento.
El GAC debe contribuir a generar espacios de análisis y de reflexión global de la comunidad local que sirva para conectar las diferentes iniciativas solidarias y de apoyo mutuo que se estén dando en ese barrio o pueblo.
De esa forma se favorece una red de coordinación que rompa con el aislamiento de los diferentes grupos y que favorezca sinergias colectivas y la construcción de un discurso sociopolítico común.
¿Cuáles son las orientaciones metodológicas a seguir?
- La participación de la ciudadanía termina por ser el concepto central de la teoría y práctica de la propuesta de la Red Solidaria Popular, pues no hay mejor método para la pedagogía política que la propia acción solidaria, el empoderamiento a través de la participación social y la organización colectiva.
- Se aplicará el principio metódico/pedagógico de la cercanía vital, conforme con el cual las acciones deben realizarse en el lugar más cercano a donde está la gente o, lo que es lo mismo, en espacios a escala humana en donde las personas pueden participar en la definición de sus problemas y luego intervenir activamente en la resolución de los mismos.
- La premisa fundamental es la siguiente: Las acciones impulsadas deben servir para organizar y empoderar a la comunidad, así como para promover la toma de conciencia política.
- Pueden impulsarse acciones concretas de corte asistencial debido a que atiendan necesidades básicas de la población (alimentos, roperos, libros, etc), pero siempre se promoverá que sean organizadas por la propia comunidad y que se conecten con el proceso de empoderamiento y concienciación política global. De esta forma se huye del asistencialismo, de la beneficiencia y de la caridad.
- Los procesos impulsados por la Red de Solidaridad Popular deben ser espacios abiertos a todas aquellas personas y colectivos que quieran aproximarse e integrarse en los mismos.
- Deben favorecer la participación activa de todas las personas y colectivos que los integren, para ello será fundamental crear una estructura y emplear metodologías participativas que lo hagan posible.
- Asumir que los objetivos políticos a conseguir no son inmediatos, si no que se enmarcan dentro del medio-largo plazo.
- Los resultados inmediatos estarán relacionados con la asistencia a las necesidades básicas de la población y la articulación con los movimientos sociales.
- No se debe ocultar la finalidad política de izquierdas que motiva a la RSP, se debe ser transparente, pero sin liderar los procesos, si no a su servicio, facilitando, acompañando y contribuyendo a su fortalecimiento.
- Se partirá de las necesidades y prioridades marcadas por la población, la RSP no impondrá iniciativas si no se perciben como necesarias por sus destinatarios.
- Aplicar el principio de reciprocidad: “yo recibo, yo doy”. Promover que las personas beneficiarias de solidaridad se comprometan a ayudar a otras personas necesitadas a través de su implicación en el proceso. Ésa idea responde a dos premisas metodológicas:
- La propia acción colectiva y el servicio a los demás como método para la concienciación política.
- Favorece que se pueda trabajar con aquellos perfiles más vulnerables y menos propensos al “activismo” su despertar político, a través del acompañamiento y una labor paciente de pedagogía política que vaya calando poco a poco en su manera de entender y analizar el mundo.
- Formación desde lo local a lo global: creación de espacios y grupos de debate sobre la realidad social, económica y política.
- Los procesos deben integrar toda la diversidad social y cultural existente en el territorio. Ningún colectivo debe quedar excluido, no se debe descuidar la existencia de población migrante o de etnia gitana.
- Analizar con quién se van a establecer alianzas y relaciones estratégicas a la hora de dar respuesta a las necesidades de la población.
- Los espacios deben ser abiertos y sensibles a las cuestiones de género, especialmente en la elección de horarios que posibiliten la participación de las mujeres.
- Los tiempos en la organización popular los debe marcar la gente, no deben ser impuestos por la RSP. Es un proceso a largo plazo de empoderamiento popular.