Se presentan con un logo en el que una especie de arquero, a medias entre Robin Hood y el Che Guevara, parece a punto de disparar su flecha. La RSP extiende sus redes por más de cincuenta ciudades españolas y desde hace unos meses está presente en Gijón. Su clave: es autogestionada y al margen de partidos. Así, dan asistencia (alimentos, asesoramiento y otros) a quienes lo necesitan. A la vez, invitan a participar en su funcionamiento. Y la fórmula funciona. 

 

Forma parte del signo de los tiempos: el descreimiento en las instituciones, el retroceso de los servicios públicos, la desconfianza en los canales convencionales y, en conjunto, la crisis de un modelo social. Todo esto ha llevado a los ciudadanos a buscar nuevas vías para dar un cambio cuyos signos ya son evidentes. Hay un esfuerzo por encontrar otras vías de participación política, alejadas de las ya desgastadas. Y se demuestra con hechos que, contra la desidia institucional, lo que funciona es la organización a pequeña escala. Es, por tanto, un tiempo de ruptura de tópicos: ante la pasividad, participación [...]