60 familias piden terreno municipal para hacer un huerto comunitario

Doce y cuarto de la mañana de un miércoles soledado en la Ribera del Marco, a unos metros del enorme aparcamiento de coches que hay frente el Hospital San Pedro de Alcántara, detrás del bar Montaíto. Hay unas cincuenta personas con caras no precisamente alegres (la pobreza no lo es) delante de un terreno de unos mil metros cuadrados cerrado por una valla. Son hombres y mujeres de todas las edades, miembros de la Red de Solidaridad Popular de Cáceres, que están allí para insistir en su petición al Ayuntamiento de que les ceda ese terreno ahora improductivo para convertirlo en un huerto comunitario.

 

En la zona acerada, observándoles desde arriba, hay varios policías. «No sé que hacen aquí - comenta un miembro de la asociación -, quizá piensen que vamos a ocupar la tierra». Una mujer de mediana edad, Manuela, que está en paro al igual que su pareja, lee con sentimiento, voz alta y clara, un comunicado en el que se explica que están realizando un acto informativo al que han invitado a los medios de comunicación para reivindicar la necesidad y la urgencia de contar con huertos sociales y solidarios, «sobre todo cuando existen espacios como este, abandonados y sin explotación». Cuenta que a pesar de la «cantinela de que la crisis ha pasado», la pobreza y la precariedad siguen instalados en muchas familias que no pueden garantizar sus necesidades básicas de alimentación, energía, gastos de vivienda, de educación... «En sólo un año de existencia hemos comprobado que la pobreza no decrece sino todo lo contrario, cada vez más familias acuden a auto organizarse para solucionar colectivamente sus necesidades básicas».

 

Manuela informa de que la Red de Solidaridad Popular de Cáceres se ha marcado como objetivo garantizar mediante el trabajo colectivo una alimentación completa, y que llevaban varios meses buscando espacios urbanos abandonados para poner en marcha huertos sociales y solidarios que les garantize el suministro de productos básicos.

 

Encontraron de este modo la zona tradicional de huertos de la Ribera del Marco, donde hay espacios abandonados como el que tiene a su espalda. Hace un mes se pusieron en contacto con el Ayuntamiento, su propietario, para que se lo ceda de forma temporal. «No solicitamos la luna», indica Manuela, mientras apremia al Consistorio a que acceda cuanto antes a su petición. Termina así su lectura: «Queremos saber, de manera clara, a través de este acto, si hay voluntad real de facilitar un sustento a familias sin recursos que sólo quieren trabajar tierras abandonadas que son de todos».

 

Después de los aplausos, toma la palabra Felipe Carballo, 21 años trabajando en la construcción y ahora en paro, que pide «trabajo y no limosnas».

 

Después de más aplausos, comienza el reparto de alimentos que recogen en puestos que colocan en distintas zonas de la ciudad, sobre todo ante supermercados. Hacen un reparto cada 15 días, normalmente en el local que les ha cedido la asociación de vecinos de la Mejostilla, en su sede de la calle Cayetano Polo 'Polito', número 7. Unas veinte personas se ponen en fila y se les entrega patatas, huevos y naranjas. Sus nombres figura en una lista. La Red afirma que reparte alimentos en la actualidad a más de 30 familias.

 

Cáceres es una de las 40 ciudades de España en donde se ha creado una Red de Solidaridad Popular, que pretende huir de modelos de solidaridad que consideran humillantes, al ejercerse desde arriba, «poderosos que son generosos con los débiles». Predican un modelo horizontal, que se basa en que personas que pasan necesidad reciben porque también dan; creen que desde la cooperación y la solidaridad se puede ayudar a la gente a salir de la crisis. Afirman que en Cáceres cuentan con unas cien personas activas que participan semanalmente en sus asambleas.

 

El terreno que quieren convertir en huerto comunitario para 60 familias, en el que todos trabajen para todos, fue en su día una zona de huertos, que se expropió hace años (en tiempos del alcalde socialista Carlos Sánchez Polo y del regidor del PP José María Saponi) con la idea de hacer un corredor o parque urbano.

 

Con cerca de 1.000 metros cuadrados, en él han trabajado también alumnos de escuela-taller de la Universidad Popular. Tiene un pozo, tubos de sistema de riego, un reducido cuarto para herramientas, un pequeño invernadero de plástico, tres higueras y una palmera.

 

Desde el Ayuntamiento se respondió ayer a este diario que están estudiando la petición, pero que les falta algún dato importante como que indiquen la ubicación de la finca en la que se hallan interesados. En la actualidad, permite que en otro terreno suyo de la Ribera del Marco, junto a Fuente Fría, estén cultivando unos 25 agricultores que carecen de recursos.

 

«El huerto está abandonado y nosotros pedimos trabajo y alimentos. Son necesidades básicas, de sentido común»