RED DE SOLIDARIDAD POPULAR: «La caridad no es la solución a la crisis»

Jueves, 8 Mayo, 2014
E. Vasconcellos
Se declaran de izquierdas, rechazan la caridad y se organizan para «hacer frente a las agresiones del sistema». Son miembros de la Red Solidaria Popular, ¿quieres saber en qué consiste su trabajo?
 
La Red de Solidaridad Popular (RSP) nació en Madrid el 7 de abril de 2013, y morirá, dicen sus miembros, cuando las aguas del Estado del bienestar hayan vuelto a su cauce. Si es que vuelven. La reforma del artículo 135 de la Constitución anunciaba tormenta: en septiembre de 2011, PSOE y PP se pusieron de acuerdo para priorizar el pago de la deuda frente a cualquier otro gasto público. Lo llamaron "estabilidad presupuestaria". Después vinieron las elecciones anticipadas, las exigencias europeas, la reforma laboral de 2012 (la tercera en tres años), los recortes en Sanidad y Educación y los seis millones de parados.
 
«Si el Estado no da la cobertura básica, tenemos que organizarnos para contestar no solo políticamente, sino para dar salida a las necesidades de la gente. ¿Qué hacemos? Pues generar una red de apoyo mutuo que nos permita hacernos más fuertes y salir de las situaciones de vulnerabilidad», señala Sira Rego, miembro de la Coordinadora Estatal de la RSP. «La red pretende dar respuesta a la situación de emergencia social que hay actualmente en España. Pretende ser una herramienta de defensa de la clase trabajadora que permita solucionar los problemas concretos del día a día», añade su compañero Ismael González.
 
La actividad de esta organización se basa en cuatro ejes: soberanía alimentaria, ayuda sanitaria, apoyo a la educación pública y cobertura jurídica. [Foto: Jorge París]
 
Atención en adelante, porque el lenguaje también es un campo de batalla. ¿Herramienta de defensa? «Sí, de las agresiones del sistema. La crisis, que es una estafa, y a partir de la estafa se genera un proceso destituyente de lo que hasta ahora era el Estado del bienestar. Todos los derechos conquistados se van eliminando o vaciando: el mito del Estado Social está desapareciendo y los poderes oligárquicos están reestructurando un nuevo modelo de Estado». Los recortes en derechos sociales, la «represión» de las protestas ciudadanas, la pobreza energética (hogares que no pueden pagar las facturas) y el hambre son algunos de los «ataques» a los que intentan hacer frente.
 
La RSP es 'red' porque está formada por ciudadanos conectados por una inquietud; es 'de solidaridad' porque rechaza el asistencialismo; y es 'popular' porque nace por y para la clase obrera, «víctima de las políticas de austeridad». Los primeros grupos empezaron a unirse hace un año y medio. «Cuando le explicas el proyecto a alguien nuevo, desde el principio le dices: "Somos de izquierdas. No estamos de acuerdo con la caridad, estamos de acuerdo con la solidaridad. Queremos organizarnos entre nosotros y no una jerarquía vertical"», resume Toni Gutiérrez, miembro de la RSP de Centro-Arganzuela. «Las dádivas no son el camino, eso tiene un gen ideológico muy fuerte de desmovilización y de búsqueda de salidas individuales a la situación», continúa Sira.
 
Trabajo colectivo
 
La plataforma tiene una coordinadora estatal y 36 núcleos activos en toda España. La primera establece las «instrucciones de uso» del movimiento (sus principios, el funcionamiento de los grupos de trabajo) y los nodos se dedican al trabajo a pie de calle. «Primero hay que hacer un estudio de la situación de cada barrio o municipio y luego plantear proyectos que se necesiten y no estén cubiertos por otras organizaciones», explican. Colaboran con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el 15-M, las AMPA, las mareas ciudadanas… y con algunos partidos políticos. Muchos núcleos no tienen sede propia; en Madrid se reúnen en espacios del Ayuntamiento, Matadero, Tabacalera, Patio Maravillas o locales cedidos. La Red de Solidaridad Popular se financia a través de donaciones privadas, vendiendo merchandising y organizando fiestas. No tiene ánimo de lucro ni acepta subvenciones.
 
Su actividad se basa en cuatro ejes: soberanía alimentaria, ayuda sanitaria, apoyo a la educación pública y cobertura jurídica. «La filosofía es que no haya dos bandos separados: el activista y el que recibe la ayuda. Activistas tenemos que ser todos. Yo doy, yo recibo», explica José Enrique García, otro miembro de la RSP. La red tiene varias despensas solidarias. La de Centro-Arganzuela funciona del siguiente modo: cada sábado se colocan en la puerta de un mercado diferente de Madrid y la gente les entrega alimentos, productos de limpieza e higiene. A veces, algo de dinero o metrobuses. Después hacen un inventario, dividen los productos en lotes y organizan su reparto. ¿A quién se los entregan? A quien los necesite y haya participado en esa u otras tareas de la red. «Pero es muy difícil que estés con un reparto, te venga alguien y no le des —reconocen—. En ese caso lo haces, y luego intentas que se involucre».
 
Apoyo sanitario
 
Hay más debates en torno al tema alimentario. Por ejemplo, la red de Fuenlabrada ha decidido no colocarse en la puerta de las grandes superficies; acuden directamente a los productores o distribuidores. También han creado huertos comunitarios. La RSP no tiene acceso a los Bancos de Alimentos porque, aseguran, los canales son muy cerrados y privilegian a las organizaciones caritativas. Una de sus normas es «no efectuar ningún tipo de discriminación entre los beneficiarios de las ayudas alimentarias», y exigir la participación en la RSP lo sería.
 
El respaldo a la educación pública se centra en la recogida de material escolar y el intercambio de libros y ropa. En Rivas-Vaciamadrid también han puesto en marcha unas clases de apoyo «muy básicas». La cuestión sanitaria es más peliaguda. Su labor consiste en acompañar a personas sin tarjeta sanitaria a los centros de salud. «Si el personal se niega a atenderlos, aunque vayan por urgencias, tratamos de mediar para que se les dé asistencia», dicen. La RSP cuenta con un grupo de gente «que tiene el conocimiento suficiente de la ley como para conocer los resquicios legales que permiten seguir atendiendo a estas personas», señala Toni. Además, algunas redes han creado boticas solidarias con medicamentos que no requieren prescripción médica. Si un enfermo necesita fármacos con receta, o incluso gafas, algunas redes le proporcionan ayuda económica.
 
El apoyo legal es el más reciente y activo. «Y no solo se ocupa de las detenciones en manifestaciones», aclaran. Durante la Marcha de la Dignidad, por ejemplo, «hubo que pedir autorizaciones para el recorrido e informar a las delegaciones del Gobierno». No compiten con las plataformas que se ocupan de temas concretos (como la PAH), sino que cubren las zonas de sombra: trabajadores que no pertenecen a sindicatos y necesitan orientación tras un despido, parados que no puedan pagarse un abogado... También imparten talleres para saber qué hacer en caso de ser agredido o detenido durante una protesta.
 
Los referentes históricos de la RSP son el Socorro Rojo Internacional (creado por la Internacional Comunista en los años veinte) y los Programas de Supervivencia de los Panteras Negras (años setenta). «Tenemos una posición política clara, pero no partidista. Hablamos de política, y no de electoralismo, en el sentido de que política es todo: que la gente luche por sus derechos, analice quiénes son los culpables de la crisis, se plantee que hay otro modelo económico… Ese es el nivel político que nosotros sí trabajamos», sostienen. Pero advierten: «Nos dedicamos a la acción directa, este no es un espacio para filosofar».
 
«Pretendemos ser un espacio de convergencia para las organizaciones sociales de la izquierda, pero no como organizaciones, sino como personas que participan. Sin la discusión eterna de si eres más o menos rojo. Tratamos de recuperar muchos espacios de trabajo y de lucha concreta en la calle que se han ido abandonando durante los últimos treinta años», expone Ismael. Izquierda Unida, Izquierda Anticapitalista, el Partido Comunista y Frente Cívico están entre los aliados de la Red de Solidaridad Popular. Varios de sus miembros se dedican profesionalmente a la política; pero fuera de la red, dicen, «la opción de cada uno es cosa suya».
 
¿Comida por votos?
 
Hace un mes, un medio de comunicación publicó que la RSP ofrecía comida a cambio de compromiso político. «Intentaban hacer una comparación entre nosotros y España 2000, aunque no lo decían así», señalan. En marzo, el partido de extrema derecha repartió 140 lotes de comida en un barrio de Valencia con un 30% de inmigrantes. ¿La condición? Estar parado y ser español
 
«Buscan el enfrentamiento y humillan a las personas estableciendo una relación vertical. Nosotros trabajamos entre iguales y mantenemos la dignidad de las personas. Queremos que participen, se empoderen y den respuesta a sus problemas. La caridad no es la solución a la crisis». ¿Y qué opinan de la gente que recogió la comida? «El grado de necesidad es muy grande. A veces solo ves un camino y lo coges». 

[fuente] http://www.gonzoo.com/trends/story/la-caridad-no-es-la-solucion-a-la-crisis-1637/