Solidaridad vs Caridad
Se acerca la época navideña y empieza la exaltación de los buenos sentimientos en los medios de comunicación. Muchas personas se enervan en estas fechas viendo la hipocresía de quienes quieren lavar su cara con una limosna o quienes una vez al año deciden hacer una buena acción para mantener tranquila una conciencia inquieta que se aplaca con un simple gesto de consumo.
Desde la Red de Solidaridad Popular entendemos la Solidaridad como una relación de cooperación entre iguales y de apoyo mutuo. Tratamos de trabajar en proyectos en los que las personas se implican en igualdad de condiciones, en los que tratamos de romper ese dualismo de personas beneficiarias-benefactoras y en los que sobre todo intentamos cuestionar las relaciones de desigualdad y las circunstancias que las provocan. Intentamos que nuestros proyectos y nuestras metodologías de trabajo sean las piedras con las que construir, poco a poco, el camino hacia una sociedad diferente.
Soberanía alimentaria. Más allá de los simples repartos de alimentos.
Nuestros proyectos en este ámbito están planteados desde una perspectiva global. Aunque trabajemos en programas de emergencia social para tratar de paliar las necesidades alimentarias y de productos de primera necesidad de numerosas familias intentamos ir más allá y no quedarnos en simples repartos de alimentos.
Los problemas en temas alimentarios no sólo afectan a la dificultad que muchas personas tienen para acceder al consumo, habría que mencionar también el despilfarro de comida, la destrucción de la biodiversidad, la huella ecológica que genera la producción y transporte de determinados alimentos o el fomento de un consumo insano y poco responsable.
En la Red de Solidaridad Popular una de nuestras principales líneas de trabajo es la Soberanía Alimentaria, en esta línea se engloban multitud de proyectos en diferentes puntos del estado. Aunque quizás lo más conocido sean las Despensas Solidarias hay que decir que no sólo trabajamos programas de emergencia social, también ponemos en marcha huertos colectivos y fomentamos y apoyamos el consumo en pequeño comercio y la agricultura de cercanía y de recuperación de variedades locales.
¿Por qué Despensa Solidaria y no Banco de Alimentos?
En primer lugar, habría que mencionar que no se puede utilizar la denominación “banco de alimentos” si no se es uno de los Bancos de Alimentos que constituyen la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL). Puestos a utilizar otro nombre lo lógico es buscar un nombre que defina bien nuestra actividad. Mientras la palabra “banco” tiene connotaciones de acumulación,usura y especulación, la palabra “despensa” recoge el sentido de almacenamiento provisional para dar salida en función de la necesidad. Por otro lado, no hablamos sólo de alimentos, ya que en nuestras despensas támbien se recogen y distribuyen productos de higiene, limpieza, etc,
¿Por qué no pedimos alimentos directamente al Banco de Alimentos?
Los principios que rigen el funcionamiento de la Red de Solidaridad Popular no coinciden para nada con el funcionamiento de los bancos de alimentos y lo que representan. Sería un contrasentido proveer nuestras despensas con alimentos que se solicitaran directamente a estos bancos de alimentos.
Además, en caso de que lo hiciéramos, ello nos obligaría a trabajar de una forma que no encaja con nuestras metodologías de trabajo: Burocratizando los repartos de alimentos (dado que tendríamos que recopilar y proporcionar datos de las personas a las que se reparten los alimentos) y convirtiéndolos en un instrumento asistencial en lugar de ser una línea de trabajo en la que trabajar en base a la cooperación, el apoyo mutuo y el favorecimiento de relaciones interpersonales que nos ayuden a sentirnos más fuertes, acompañados y capaces de conducir nuestras vidas y poner en marcha proyectos colectivos para el bien común.
¿Por qué no nos gusta cómo funciona el Banco de Alimentos?
Creemos sencillamente que las empresas que los sustentan y el sistema de funcionamiento de estas fundaciones son parte del problema que dicen ayudar a paliar y que además contribuyen a mantener y expandir la miseria y las causas que la motivan (fomentando una creciente desigualdad por ejemplo). Tanto los bancos de alimentos como la mayoría de las organizaciones que trabajan con ellos creando programas caritativos y asistenciales hacen más ricos a los ricos y socavan la dignidad de quienes se ven obligados a depender de su caridad.
Caridad vs Solidaridad
Seguramente la diferencia principal entre los dos conceptos es que:
- La caridad se ejerce desde una posición de superioridad o dominante hacia otra persona o grupo que se encuentra en una posición subordinada o dependiente.
- La solidaridad se ejerce de forma horizontal, como una relación entre iguales que cooperan.
La solidaridad implica un sentimiento de colectividad, de que lo que se hace en beneficio de los demás se hacer realmente por el bien común y que eso nos hace mejores y nos ayuda a construir unas relaciones más equitativas y una situación mejor para todas las personas que participamos de esa solidaridad.
Asistencialismo vs Justicia Social y Derechos
Destrás del debate Solidaridad vs Caridad encontramos otro debate de fondo mucho más importante que nos sirve para ver como a veces se ondea la bandera de la solidaridad para desviar la atención del desmantelamiento que se está haciendo del “Estado del Bienestar” y de los servicios públicos. No olvidemos que la destrucción de los servicios públicos a lo que nos lleva es a una perdida de derechos sociales que sería, en definitiva, la consecuencia final de todo el proceso que hemos vivido en los últimos años.
Cuando hablamos de servicios públicos pensamos en Sanidad y Educación, pero con frecuencia nos olvidamos de los Servicios Sociales. Cuando se dan “ayudas” desde los Servicios Sociales o cuando se garantiza a las personas prestaciones (por desempleo, subsidios, etc) lo que está poniendose en marcha es un sistema de redistribución pública y de garantía de derechos. No es un regalo, no es una limosna, es un derecho.
En los últimos años estamos viendo que junto con la privatización de Sanidad y Educación está teniendo lugar un fenómeno de “externalización de los servicios sociales” ¿Qué queremos decir con esto? Que en lugar de ser el estado, quien redistribuye los recursos y pone en marcha políticas para mantener los derechos fundamentales de las personas decide utilizar esos fondos públicos para que empresas privadas, fundaciones u ONGs den “ese servicio”. Pero ¿qué pasa cuando “ese servicio” lo dan terceros? Pues que en ese caso la ayuda que se proporciona no es para garantizar un derecho, sino que muchas veces se convierte en asistencialismo o beneficencia que se ejerce desde una posición dominate hacia otra posición subordinada. La ayuda proporcionada, en esos casos, ya no se puede solicitar como un derecho, sino que se recibe como una limosna.
Desde la Red de Solidaridad Popular aspiramos a construir, desde nuestros proyectos, un sistema de relaciones más justo y basado en el apoyo mutuo, la cooperación y la solidaridad entre iguales. No pretendemos suplantar al estado en un momento en el que hace dejación de funciones, ni pretendemos ser una ONG al uso, simplemente consideramos que debemos actuar con responsabilidad y con coherencia. Creemos que para avanzar hacia un mundo con mayor justicia social no es suficiente con imaginarlo, con exigirlo o con luchar por ello; creemos que es fundamental la concienciación y la puesta en práctica de ese modelo de relaciones en nuestro día a día, en nuestra vida cotidiana y también en nuestras líneas de trabajo y proyectos comunes.